La aspiración centralizada es un método de limpieza basado en la circulación del aire forzada por un motor, que desplaza las partículas de suciedad por una manguera flexible hasta un depósito.
Consiste en colocar una pequeña central de aspiración en un punto de la casa y unirla a las tomas de aspiración que se encuentran repartidas por la vivienda mediante una red de canalizaciones que se habilitan en las paredes, falsos techos o suelos.
Para utilizarla solo tenemos que conectar la manguera a las tomas de la casa, después el sistema se activa automáticamente y el polvo, mezclado con el aire, es transportado a través de los tubos hasta la central y queda en el depósito hasta su posterior vaciado.